Tormento

Esta vez no tengo muchas ganas de expresarme, porque mi corazón y mi mente se encuentran en una difícil confusión. He pasado unos días muy duros, con repentinas noticias, con sentimientos encontrados y sin encontrar el hilo del inicio y la punta del final.

Solo veo como se va reiniciando de nuevo el curso de mi vida, como si fuese una especie de computadora con un colapso de sistema, en sus archivos mas delicados. Un camino que pensaba tener las veredas mas rectas, sin embargo, no me percate de la demolición de los arboles en el cruce de una de ellas. Un remolino de angustias, pruebas, emociones poco ortodoxas e incoherentes, sin congruencia alguna de los acontecimientos, y sin saber el porque.

Han tocado la puerta una multitud de amenazas, miedos y sin sabores. Una completa tormenta en la que el granizo, cae mas rápido y quiebra las flores de un jardín que con mucho esfuerzo, había construido. Pero al final solo quedan los tallos, los residuos y la tierra convertida en lodo. Un lodo chicloso que te atrapa, no te quiere dejar ir hasta que te vea al borde del sufrimiento y la desesperación.

Un dolor tan profundo que sientes que tu pecho aprisiona, tu cuerpo debilita y tu pensamiento mantiene, en aquello que no pudo ser y no será. Y me siento petrificado, inerte y agobiado con la culpa revuelta en un mar de lagrimas. Lagrimas de coraje, pena, desilusión, agonía, amargo dolor que penetran las cuatro paredes de la habitación, con la voz quebrada y con los sollozos a flor de piel.

Muchos le dicen «duelo», yo le digo «tormento». Un tormento de pensamientos que te guían a la perdición, al aferrarte a la desdicha, al convivir con la culpa que bloquea la señal positiva. Otros lo consideran un «aprendizaje» en el que te descubres de nuevo, desempolvas las alas, cambias cuerdas de la guitarra y te dedicas a componer tu próxima canción.

En este momento no se como tomar alguna acción, porque siento que es un sueño del que no he podido despertar. Quisiera dejarme llevar por la corriente y me revuelque en la cascada de mi propia desgracia, pero algo en mi interior quebrado aun respira, aun se mueve, aun quiere ser.

Se apagaron las luces y he prendido las velas, tengo una luz opaca apunto de sucumbir, pero aun la veo, una puerta a lo lejos que me invita a salir. Salir de este instante increíble, insano e incomprensible. Salir de estas cuatro paredes, una prisión de tristeza y soledad. Decir que no todo ha sido mi culpa, di lo que tenia, me esforcé por hacer lo mejor, que fui un humano respondiendo a tales errores y que algún día me levantare de nuevo para brillar otra vez.

Me tendré que esforzar el doble o el triple, tendré que dejar atrás muchos sentimientos, muchos recuerdos y muchos tragos amargos. Dejar los malos pensamientos y desear lo mejor. Amar y amarme sin recibir nada, porque este soy yo. Un ser humano apasionado que nunca se ha limitado a mostrarse tal y como es.

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