A las tres en punto

Extraño ser feliz y no te culpo, no es tu responsabilidad que yo me sienta de algún manera.
Pero quería expresarlo como un insulto, a la vida tan perfecta qué creí soñar.

A veces me levanto a las 3 en punto, esperando de reojo a tu fantasma pasar.
Yo lo sé, no es tu asunto, es el difunto llamado amor que me vino a visitar.

Y me toma entre sus brazos, fríos como la nieve. Me entrelazan sus cabellos, cobijando mis desvelos, otra noche más sin poder descansar.

Pero cuando viene yo me alegró y prefiero sentir frío, aún corazón tibio que al final solo ví alejar. Es entonces que siento alivio porque se que algún día volveré a soñar.

Soñaré que aún no te has ido y sentiré como un niño, un regalo prometido o quizá solo será, nuevamente felicidad.

V. M. G. N.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *