El destino nunca quiso que fuera tuyo,
ni tampoco quiso que fueras mía,
aunque en los sueños en amor nos fundimos,
aunque en la vida en el olvido, nos hundimos.
Tan injusto y tan incomprensible,
una gota que derramo mi tristeza,
un sabor amargo como de cereza
me dejó tu partida, un corazón sensible.
Ya hace años que poemas te escribo,
una extraña nostalgia invade mi alma,
sensación de soledad, necesidad de calma,
tu recuerdo en mi, se mantiene vivo.
Debe morir tan fugaz pensamiento,
porque por la vida, ya te veo distante,
a través de una cortina y por un instante,
te ame bastante, más ese será, mi mayor tormento.
V. M. G. N.