Es muy cierto que no te conozco,
ni tu nombre, ni tu motivo de mirarme.
Es muy cierto que deseas hablarme,
te delata el remojo de tus labios.
Te he encontrado en este ocaso,
de silencio, temor y nerviosismo,
en donde el sentido de mi mismo,
no permite al amor darle paso.
¿Será acaso que puedas salvarme?
¿Tendrás el poder de enamorarme?
Eres la aurora de mi cielo estrellado,
la brújula de mi viaje sin regreso,
eres la mujer que me mantiene preso,
entre sus manos que nunca he estrechado.
V. M. G. N.