Me cautivo el aroma de tu piel,
tu largo y hermoso cabello,
tus inigualables ojos color miel,
tus labios, lo más bello.
Me cautivo esa noche de abril,
cuando tu sonrisa me enamoraba,
la luna se asomaba tan sutil,
que su reflejo te iluminaba.
Tu distante cuerpo me incitaba,
esperando que lo acariciara,
tus delicados gestos notaba,
esperando a que te hablara.
Pero la lluvia cayó de repente,
como si no quisiera que te viera,
te alejaste del otro lado de la fuente,
la vida no quiso que te tuviera.
Sigo esperando tu presencia,
en este momento de locura,
en esta emocionante vivencia,
de mi imaginación pura.
V. M. G. N.