Recuerdo tan bien tu sonrisa,
cuando su motivo era mi elocuencia,
cuando en tus ojos reflejabas tu esencia,
cuando al despedirnos no existía la prisa.

Recuerdo tan bien tu sonrisa,
cuando me provocaba suspiros,
cuando escuchaba en mi oído tus respiros,
cuando estando a tu lado sentía del mar su brisa.

Recuerdo tan bien tu sonrisa,
que me cegaba de amor la conciencia,
que el corazón olvidaba tu ausencia,
cuando en mis sueños eras mi poetisa.

Lo recuerdo tan bien como si fuese ayer,
caminando por las calles empedradas,
con las luces tenues reflejadas,
en la guitarra de notas desafinadas,
disfrutando noches enamoradas,
queriendo amar sin perder.

V. M. G. N.