Siempre me has tentado a seguir por tu camino,
como una hoja seca que el viento se llevo,
como las paredes agrietadas de una casa fría y sin amor,
con tanta desesperación anhelas mi corazón.
Que ridícula me miras a través del espejo de esta habitación,
que tontería la tuya el intentar día a día emitir dolor,
una suave agonía de la soledad que me acompaña en cada oración y un tierno beso de un suspiro que le da pavor.
No es por tenerte miedo, simplemente te he tomado un cierto respeto.
No es por quererme aliar con tus secretos, que vilmente me has dejado ver.
No es por los desvelos que me hacen estremecer al saber que mi alma quisieras tener.
Solo es un minuto de compasión y deseo que me hacen recordarte en mis vivencias como aquello que se impregna en un papel arrugado.
Solo es mentirle a la vida, mentirte a ti por no aceptar arrastrarme por tus caricias.
Mentir por segundos que estoy lleno de alegrías.
Mentir ser fuerte cuando atacas mi debilidad mas obvia y tan secreta a la vez.
Mentir… mentir más que todas tus mentiras.
V. M. G. N.