Nuestro amor

¿Cómo empezar a escribir algo que desde hace tanto, quiero decirte? Quizá sea uno de esos días en los que me da por idear, imaginar o comprender un poco de la vida, del porque es que estamos aquí, del porque sin saber a ciencia cierta estás conmigo, te conocí y descubrí que contigo el tiempo pasa lento para disfrute de los dos. Míranos ahora, somos un par de niños que descubrieron que más allá de su imaginaria soledad, existía alguien con quien compartir aventuras, un sin fin de locuras, un confeti de múltiples sorpresas.

Es que me hacía tanta falta una compañía como la tuya y no es en afán de darte crédito de todo, pero llegaste en el momento indicado, en el instante preciso en que la respuesta que tanto esperaba, me encontró. Me encontró contigo y con esa sonrisa que me regalaste, haciéndome el día más ameno. Haciendo que la esperanza renaciera, como el ave fénix de las cenizas.

Me hacía falta esa chispa que tú le das a los momentos, a los insignificantes pero valiosos, a los que la gente hace menos pero que para ti son algo especial, como el guiño de un guionista al terminar su obra maestra. No quiero cansarte con tanta palabrería, sé que las letras sin que sean movidas por el viento, son solo tinta impregnada en papel. Pues para que tenga sentido, esto que te escribo debe de ser demostrado con el corazón.

Muchos le dicen amor, otra inspiración, una fuerza que te hace realizar lo imposible. Para mí, es como el agua, tan vital como la sangre en las venas, tan sutil como las hojas que caen en el otoño. Puede que pueda ser amor, es una buena razón para dedicarte esto. Amarte es entonces algo tan sencillo, como recorrer tus labios contra los míos, como el poder sonreír cada vez que te miro.

Te has ganado un lugar o gran parte de mi mente, no te mentiré diciendo que todo el tiempo te pienso, sonaría a frase barata de alguna comedia romántica, pero si parte de mi día que es mi presente. Suena muy trillado o cursi, pero si mi presente es feliz contigo, mi futuro incierto será construido con esa misma fuerza con la que construyen murallas o muros. Sin embargo, y no con la terca manera de poner límites, quisiese entonces que mi amor por ti sea ilimitado.

Cuanto me has hecho ganar, cuanto deje de perder y mírame ahora, perdido en la oscuridad de tu iris, en lo acogedor de tu ser. Mírame ahora que no dejo de extrañarte, de extraviarme en tus brazos, en tus caricias, en lo estremecedor de tu aliento rosando mi piel. Adoro esos gestos puros, sinceros cuando te es agradable lo que hago por ti, adoro hasta la manera alocada para salir de la rutina, los intentos oportunos por verme siempre feliz. Adoro la comisura de tus labios, el susurro en el espacio cuando me dices que me amas.

Cuanto quiero agradecerte, cuanto quiero expresarme, aunque la hoja se termine y quiera escribirte por detrás de los oídos un montón de cariños. Me encantas, siempre sé que así será porque hasta la misma eternidad nos permitirá fundirnos en las ganas inmensas de pertenecernos.

V. M. G. N.

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